viernes, 9 de octubre de 2009

Descripción de La Escuela Cínica

La Escuela Cínica, fundada por Antístenes en el siglo IV a.C., fue una de las llamadas "escuelas socráticas menores". Su lugar de reunión era el Gimnasio Cinosargo ("Perro Blanco"), por lo que se los llamó "Perros", apodo cuyo uso se justificaba también por la forma de vida errante y el desapego por los bienes materiales de los miembros de la escuela. Este apodo era considerado por ellos como un honor: Antístenes se llamaba a sí mismo "El Auténtico Perro" y su discípulo Diógenes se daba a sí mismo el nombre de "Cínico" ("Discípulo del Perro"). El cinismo, más que una filosofía, fue una forma de vida, en la mayoría de los casos esforzada y exigente.
Los cínicos despreciaban los bienes materiales, los placeres, las pasiones, las normas sociales y los lazos nacionales. Afirmaban que las costumbres, las creencias religiosas y las leyes se hallaban en oposición a la Naturaleza. Veían a la civilización como algo artificial, antinatural y despreciable. Consideraban como virtud auténtica el vivir conforme a la Naturaleza, con autarquía y autosuficiencia. Valoraban más una vida salvaje que otra sometida a las reglas del rebaño, una vida sencilla que otra refinada y alienante. A diferencia de Sócrates, que concedía gran importancia a lo social y al intelecto, los cínicos encontraban la virtud en lo individual y lo no intelectual. Por eso es que no elaboraron una doctrina moral sistemática sino que se constituyeron ellos mismos en testimonio de la virtud, la cual no es un saber sino un modo de vida ascética, de abstinencia y autodominio. Sostenían que la felicidad sólo puede lograrse por la independencia o autarquía y miraban con desprecio a los miembros del rebaño que inútilmente la buscaban en el placer y las riquezas. Practicaban la no satisfacción de los apetitos artificiales o culturales y el dominio de los naturales.
A pesar de su doctrina antiintelectual, seguían llamando "sabio" al hombre virtuoso. Quien vive la autarquía, el dominio de sí, es quien entiende y sabe.
Con su estilo franco y provocador desconcertaban a sus contemporáneos y desnudaban toda su hipocresía. (Por eso el verdadero sentido de la palabra "cinismo" está asociado al recelo por la naturaleza humana y a la actitud irrespetuosa ante las convenciones sociales.) Hacían deliberadamente lo que los demás se guardaban de hacer por pudor o costumbre, reafirmando así su independencia.
Sin embargo, cabe destacar que algunos investigadores contemporáneos (D. R. Dudley y F. Sayre) han llegado a afirmar que Antístenes no tuvo nada que ver con la fundación de la escuela y que la relación Antístenes-Diógenes fue un invento posterior para mostrar una descendencia socrática de este último que no era real. Según estos autores, el fundador de la Escuela Cínica habría sido Crates, quien tomó como modelo a Diógenes. Otros investigadores (entre ellos, Hoistad) sostienen que la sucesión tradicional Sócrates-Antístenes-Diógenes sigue siendo la explicación más adecuada. Por su parte, Ferrater Mora señala no sin razón que “el hecho de que el cinismo no hubiera partido históricamente de Sócrates no permite concluir que hubiese sido posible sin Sócrates […] la serie Sócrates-Antístenes-Diógenes, que algunos consideran históricamente inadmisible, resulta psicológicamente verdadera”.

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