martes, 27 de octubre de 2009

dilema ético y vocación

Entre una vida y 70 familias




Una empresa en la rama de químicos.

Recientemente descubrimos que uno de nuestros subproductos, utilizado en algunas operaciones y liberado continuamente al suelo, produce efectos cancerígenos y podría ser responsable de la muerte de una persona al año entre los habitantes del pueblo cercano a la planta de producción. Los activistas del ambiente han empezado a ejercer presión en el asunto, pero para eliminar completamente el subproducto, la compañía tendría que gastar 20 millones de dólares y al menos 70 trabajadores se quedarían sin empleo.

¿Qué vale más, una vida humana al año o el trabajo de 70 personas y el sustento de sus familias?
1. La pregunta final del caso es típica para plantear un dilema. Estamos ante un argumento formado de dos proposiciones contrarias disyuntivamente, con tal artificio que, negada o concedida cualquiera de las dos, se puede demostrar lo que se intenta probar. Quien hace un planteamiento de esta naturaleza quizá nunca llegará a una solución.
Aunque el planteamiento parece complejo me parece que es relativamente sencillo. Primero hay que dejar claro que lo verdaderamente importante es el ser humano. Algo que los ambientalistas olvidan con frecuencia. Así las cosas, hay que manejar el concepto de equidad. Habrá que ponderar, con datos ciertos y bien fundados, los daños humanos que resultan de ese subproducto y compararlos con los perjuicios humanos que resultarían de esa necesaria inversión, así como los daños por la pérdidas de empleo. Los datos presentados para este caso son muy vagos. No es suficiente decir «podría ser responsable de la muerte de una persona al año». ¿Por qué sólo una y no mil?

En relación con la inversión o la posible pérdida de empleos, se antoja un estudio más profundo que deje abierta la puerta a la creatividad y la innovación, que siempre es buena consejera y más barata. El modo de manejar a los ambientalistas sí que es asunto complejo, pero ese? es otro caso.
Pablo Riba Gargollo

Abogado y experto en ética de la empresa

2. Toda empresa tiene la responsabilidad no sólo de no dañar el entorno biológico como consecuencia de su actividad económica, sino de mejorarlo; e igual responsabilidad tiene con las personas y comunidades con las que se relaciona. Esta obligación suele estar regulada por leyes ambientales que son (o no) justas.
Pienso que el primer deber de su empresa es conocer y evaluar en cuanto a su equidad o justicia las leyes vigentes sobre este tema en su comunidad. Si se determina que esas leyes respetan la equidad, y que exigen que se evite ese subproducto, habrá que cumplirlas, sin más. Cabe, sin embargo, implementar un proceso gradual: de menos a más, según un plan temporal, hasta conseguir «eliminar completamente el subproducto» dañino que se menciona, o conseguir que sea manejado cuidadosamente como residuo tóxico que es.
También las leyes podrían ser injustas por ser claramente insuficientes. En ese caso, su compañía sigue siendo responsable del respeto a la ecología y deberá avocarse a resolver el problema. Sin duda, es misión y vocación de toda empresa en el ramo químico desarrollar conciencia y responsabilidad sobre el tema del medio ambiente. Gastar 20 millones de dólares puede ser mucho o poco; una vida humana es siempre mucho.
Armando Reygadas

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